martes, 29 de enero de 2013

Misión-Pindo 2013




Detrás de un sojal, una FAMILIA a quien  amar y recordar.
La misión en Pindo ha sido una rica experiencia misionera, cada misión despierta un sentimiento diferente, una nueva experiencia y esta vez estuvimos en una zona en la que predomina la mayor producción de soja del país. Cultivos, polvos, maquinarias…un pueblito  nos espera con alegría.
Hemos visitado allí a más de 200 familias, conocimos muchas historias de familias, sobre todo de la realidad femenina en ese lugar, en esa comunidad las mujeres que luchan por su dignidad ya sea en su hogar o en la comunidad, existen también ciertos indicios de violencia contra la mujer, escuchando estas historias hemos probado una vez más el sabor amargo de impotencia y sobre todo nuestra pequeñez ante una realidad tan compleja; pero que a la vez nos   ha reafirmado el espíritu misionero de Jesús, llegando a los más pobres del Reino, llevando una palabra de esperanza y de paz.
También hemos compartido la alegría de tantas familias que nos recibieron en sus casas y participaron en los encuentros en cada comunidad: la recompensa más grade recibida. El hecho de haber sido acogidas en una casa de familia nos hizo sentir una de los 72 discípulos a quienes envió Jesús con el mandato de anunciar el Reino. Cada familia nos ha dado lo mejor desde la compañía, el alojamiento, alimentos, más que nunca nos hemos sentido Enviada- Misionera, ha sido reconfortante por el hecho  de ir como Misionera Claretiana haciendo también presente nuestro lema “amor recibido y amor entregado”.      Silvia, Dora, Alicia